El sábado pasado estuvo lloviendo y aquí no estamos nada acostumbradas a ello, igual eso influyó en que sólo 5 nos atrevimos a salir de casa y acudir a la quedada.
Marina tenía entre manos un amigurumi de una muñeca cuadrada de Coraline, me dijo que fue de esas veces que ves algo y dices: ¡tengo que probar a hacerlo! Aunque tengas otras cosas por delante y no sepas ni siquiera si te lo vas a quedar o a quién se lo regalarás después.
Me suena bastante :D
Sonia y Eva, que normalmente son ganchilleras, se cambiaron de bando.
Sonia había empezado un vestido azul para su hija siguiendo el patrón de un libro que había traído. Era la primera vez que se ponía con las dos agujas y se lanzó directamente a por un vestido, ¡es una valiente!
El marido de Eva se había comprado un ovillo de lana gordota y unas agujas con la intención de aprender pero lo había dejado aparcado, así que ella decidió aprovecharlo aunque primero tuvo que convencerlo diciéndole que le haría un gorro para él. En la reunión estuvo tejiendo una muestra con punto inglés.
Rosalía también empezó un gorro que le prometió a su hermano ¡hacía ya dos años!
Yo estuve tejiendo unas marionetas de dedo con ganchillo. Fue una decisión de último momento, justo antes de salir de casa. Porque lo que tenía en las agujas era mi regalo para el amigo invisible y eso no lo podía llevar… Ya no queda nada para que nos demos los regalos, ¡qué ganas! :)